Crónica | Eintracht de Frankfurt 1 (3) – Real Betis Balompié 1 (2): Que el árbol no impida ver el bosque

Crónica | Eintracht de Frankfurt 1 (3) – Real Betis Balompié 1 (2): Que el árbol no impida ver el bosque

Adios a la Europa League. Frankfurt ha sido la última escala del viaje europeo del Real Betis. Y quizás haya terminado de una forma cruel. Recibir un gol en el último minuto de la prórroga no tiene otro sabor que el amargo. Así es el fútbol. Caer eliminados así duele, pero que la eliminación no impida ver el carácter y el crecimiento de este equipo.

Si miramos el cómputo general de la eliminatoria, puede ser que el Eintracht haya sido justo vencedor. El Real Betis, fruto de muchos factores, no ha podido igualar, por ejemplo, la velocidad y el físico de los alemanes. ¿Os acordaís de la frase de José Juan Romero? «Si fallan las fuerzas, mírense el escudo, es lo más bonito que hay». Pues eso precisamente hicieron ayer los hombres de Pellegrini. Las piernas fallaban, la cabeza no decidía con claridad y no paró de intertarlo hasta conseguir ese premio al borde del final del partido. Tuvo que ser el Panda, un hombre que hace nada estaba defenestrado en el Real Betis, para meter la puntera y empatar la eliminatoria y hacer soñar por un momento a todo el beticismo.

Si miramos esa jugada, hay esencia de manquepierda. El toque de Fekir, la lucha de Ruibal para poner el balón y la fé de Borja para meter el balón de la portería. Calidad, garra y gol. 0-1 y con la sensación de que en la prórroga podía pasar cualquier cosa.

Y lo que pudo pasar es que el Betis tuvo el 0-2 en la cabeza de su delantero, pero el poste lo impidió. Ese poste que en los 90 minutos reglamentarios rechazo dos acciones del Eintracht que parecía goles cantados. Pero el Betis siguió corriendo, siguió luchando. Para muestra de ello sólo había que ver la cara de Fekir, con signos de dolor cada vez que hacía una carrera. Así se dignifica las trece barras. Un campeón del mundo corriendo el 110 de partido por el Real Betis. Es para sentirse orgulloso. De él, y de todos los que se están vistiendo la elástica verdiblanca que nos están dejando una temporada histórica.

Y cuando todos los béticos/as ya estaban preparando el cuerpo para los penaltis, una mala decisión de Rui Silva acabó en el gol germano y dejaba todo el esfuerzo sin recompensa. Y digo sin recompensa y no a la basura porque no se le puede quitar valor al cáracter, la actitud y la entereza del equipo. No habrá ningún aficionado del Real Betis que tras lo de ayer no esté orgulloso de su equipo.

Quizás el Betis no haya jugado la mejor eliminatoria. Cometió errores en la ida y también en la vuelta. Pero cuando las piernas no respondían y la cabeza no acertaba, siguió compitiendo. Como decían Don Luis del Sol; «si me tienen que ganar, tienen que correr». Y ayer el Eintracht tuvo que correr hasta el 120 para pasar a cuartos.

Sólo queda dar las gracias a cada uno de los componentes del club por ponerlo a la altura que se merece. Por fin vemos a un equipo comprometido y con el que nos sentimos identificados. El presente está siendo muy bonito, pero el futuro puede ser mejor. Aunque con lo que están demostrando los pupilos de Pellegrini, nos podemos sentir tranquilos. Qué el árbol no impida ver el bosque. Que la eliminación no oculte que esté equipo se está haciendo grande.