Crónica| Tres puntos que devuelven al Betis a la vida en La Rosaleda

Betis y Málaga se han enfrentado esta noche en un partido con tintes de final en el que ambos clubes tení­an la necesidad de conseguir una victoria que ha caí­do del lado visitante con dos tantos que han iluminado el camino al Real Betis. El conjunto de Setién logró dar un golpe sobre la mesa, tras la mejora de su juego ante el Atlético de Madrid, luego de una dura racha de derrotas. Por su parte, el Málaga, digno rival hasta el final del encuentro se fue apagando con cada tanto hasta mostrar una imagen de desesperación en un último cuarto de hora donde el Betis terminó por imponer su estilo y dominar el juego.

Once del Betis:Adán, Barragán, Mandi, Feddal, Durmisi, Jordi Amat, Fabián, Camarasa, Joaquí­n(C), Tello y Sergio León.

Once del Málaga: Roberto, Rosales, Luis Hernández, Baysse, Diego González, Recio (C), Adrián, Keko Gontán, Chory, Peñaranda y Borja

El equipo de Quique Setién ha conseguido levantar cabeza y desde la primera mitad ya dejó patente que el estilo de juego no es el problema de este Betis. A pesar de varios intentos por parte de un Málaga francamente intenso, que aprovechaba cada jugada a balón parado por medio de un certero Bastón, y de un partido completamente roto de constantes contestaciones en ataque, en el minuto 24 el Betis terminó viendo la luz. Así­, mediante un excelente pase de Joaquí­n, Sergio León consiguió batir a Roberto y poner las tablas en el marcador resabiando a un Málaga que no dejó de intentar dar una alegría a su afición. Los primeros 45 minutos también estuvieron marcados por la polémica, no solo entre los jugadores de ambos conjuntos, sino a causa de un «gol fantasma» que el «17» verdiblanco convirtió en el ’43 y que el árbitro no dio por válido dejando una sensación agridulce en el conjunto de Setién.

Si en la primera parte el Betis mostró la actitud que tanto se le venía exigiendo para romper con una racha que lo habí­a condenado al más puro ostracismo. La segunda mitad terminó por demostrar los cambios que tanta falta hacían en Heliópolis. A solo 5 minutos del inicio Camarasa devolví­a al Betis el tanto que en el primer tiempo le habí­a sido negado y el banquillo estallaba de felicidad viendo cómo el esfuerzo por fin daba sus frutos. Por su parte, el Málaga intentó buscar un revulsivo con la entrada de Ontiveros que, a pesar de que dio fuelle a los blanquiazules e incluso estuvo a punto de clavar el balón por la escuadra en el ’64, no resultó ser suficiente para romper la férrea defensa de un Betis totalmente centrado en la victoria. Los minutos pasaban y mientras el conjunto de Setién ganaba madurez en su juego, el Málaga se desesperaba viendo como los tres puntos se le escapaban de las manos.

Una noche memorable para un Real Betis que necesitaba por fin un aliciente para abandonar la dinámica negativa que lo traí­a de cabeza. Buena actuación de todo el equipo y destacable quehacer del capitán, Joaquí­n Sánchez, que fue sustituido en el ’85 tras haber sido durante todo el encuentro una pieza clave en el esquema de Setién, ayudando en el control del balón y favoreciendo el primer tanto del encuentro; solo le faltó el reconocimiento de un tremendo chicharro que habrí­a hecho la cita aún más especial para el gaditano. El único aspecto negativo, la salida por lesión de Camarasa que se dolía de un fuerte choque en la rodilla que le impidió seguir en el terreno de juego.

El Betis ha aprendido hoy una valiosa lección: cuando se pone el corazón y se confí­a en lo que se hace, los resultados vienen solos. Tres puntos importantes para levantar la moral de todo aquel que sienta correr por sus venas la sangre verdiblanca; una victoria que no solo es importante porque acerca al equipo al sueño europeo, sino precisamente porque demuestra el potencial que hay en Heliópolis y la lógica de un Setién constante en una visión del balompié que puede hacer al Betis muy grande. ¡A por el Athletic!