Cuando se hizo pública la intervención quirúrgica de Adán, y que éste se perdía lo que quedaba de temporada, todos los focos miraron hacía él. Había muchas dudas sobre si Dani Giménez estaba preparado para soportar la presión de defender la portería bética en el momento más importante del año. Él mismo ha respondido a todos sus críticos como mejor sabe; con trabajo y profesionalidad. Con el partido de ayer, ya suma tres porterías sin encajar gol. Mucho tiene que ver el aumento de rendimiento de la zaga, pero también la responsabilidad es del meta verdiblanco.
Dani Giménez lleva en la disciplina bética desde 2014, y este año termina contrato. Siempre ha estado en la sombra de Adán, pero a pesar de que no es la situación más ideal para un deportista, ha asumido su rol a la perfección y se ha estado preparando para cuando llegara su oportunidad. En estos 4 años sólo ha disputado 17 partidos con la entidad verdiblanca, y hasta la lesión de Adán sólo había jugado en Copa contra el Cádiz este año. La inactividad, su nivel…todas las dudas las ha borrado de un plumazo gracias a su personalidad, seguridad y trabajo bajo los palos.
Siempre se ha caracterizado como un hombre de grupo, paciente y con carácter, algo que le ha llevado a ser capitán. Muy querido en el vestuario, el fútbol y el destino ha querido recompensar a un hombre debe servir de espejo para otros porteros que lleguen. Clasificar al equipo para Europa sería el broche ideal para un hombre ejemplar. El cariño del beticismo ya lo tiene.