El impacto de Jesús Rodríguez

El impacto de Jesús Rodríguez

En el fútbol, irrumpir con fuerza en un equipo de Primera División siendo tan joven no es tarea sencilla. Sin embargo, Jesús Rodríguez ha demostrado esta temporada con el Real Betis Balompié que no solo está preparado para competir al más alto nivel, sino también para marcar la diferencia. Su rendimiento desde su debut con el primer equipo lo ha convertido en una pieza fundamental en el esquema ofensivo del conjunto verdiblanco, aportando frescura, verticalidad y una madurez impropia de su edad.

Y lo escribimos después de la final de la Conference, porque hay que poner en contexto al canterano verdiblanco. Bien es cierto que sus últimos meses no han sido buenos, y su actuación en la ilusionante final contra el Chelsea no fue la mejor. Pero no hay que olvidar que hablamos de un chaval de 18 años, que está empezando su carrera, y que por ejemplo, su irrupción ha contribuido a ver una mejor versión de Abde, y por tanto, mejorar al equipo.

Desde su entrada en el once titular, Jesús ha sido determinante en el ataque bético. Su capacidad para desequilibrar en el uno contra uno, su lectura inteligente del juego y su instinto para asistir o finalizar jugadas lo han convertido en una amenaza constante para las defensas rivales. No se trata solo de lo que hace con el balón, sino del dinamismo que imprime al juego del equipo, abriendo espacios, generando opciones y dando continuidad a las jugadas de peligro. Su conexión con los delanteros y su atrevimiento para encarar han sido claves en muchos triunfos del Betis.

Más allá de su aporte técnico y táctico, lo que más impresiona es su temple y descaro. Tiene unas condiciones brutales, y por supuesto que tiene aspectos que mejorar. En cuanto acierte en la toma de decisiones y en la definición, estamos hablando que tenemos en nuestras filas a un futbolista que vale muchos millones.

Que sus últimas actuaciones no oculten su recorrido y rendimiento. El Betis, siempre atento a la cantera y a la proyección de jóvenes valores, ha encontrado en él una joya que ya brilla con luz propia. Su irrupción no es una casualidad, sino el resultado del trabajo, el talento y la valentía. Y lo mejor de todo: esto solo es el comienzo. Démosle tiempo, y sobre todo, disfrutémoslo.