A uno le hubiera gustado ser futbolista para vivir partidos como el de esta noche. El ambiente, la pasión, el sentimiento que se percibe con el derbi es algo único de esta ciudad. Los 22 jugadores que salgan al Benito Villamarín deben saber el gran privilegio que tienen al defender sus colores en uno de los partidos más bonitos e intensos del panorama futbolístico. La Sevilla dividida por el Guadalquivir se acicala con colores verdiblancos y roijiblancos antes de saber quién se llevará el cetro de la ciudad, por lo menos hasta el partido del vuelta. Un día marcado por las elecciones generales, pero me atrevo a decir que eso hoy pasa a un segundo plano. Muchos irán a votar con la camiseta del Betis o del Sevilla, y a partir de ahí, ya empezará su ritual para vivir el derbi.
Tanto sevillistas como béticos han posibilitado un entrenamiento a puerta abierta para recibir el calor de su afición. En el Villamarín se pudieron ver imágenes espectaculares en el entrenamiento de ayer, prolegómeno de lo que puede ser esta noche. Si los jugadores verdiblancos no salen como motos esta noche, es que no tienen sangre en el cuerpo. A muchos les habrá costado conciliar el sueño. A mi también.
El partido llega en un momento bueno para los dos conjuntos, pero si somos objetivos, quizás Rubi se juegue un poco más que su homólogo sevillista. El Real Betis viene en línea ascendente después de cuestionarse y mucho el futuro de Rubi en el banquillo heliopolitano. Una victoria hoy ante el eterno rival supondría un golpe de moral importante, además de suponer otro motivo para creer en el libreto del catalán. De lo contrario, y según la imagen dada, pueden volver a revolotear esos fantasmas sobre la valía o no del técnico barcelonés al mando de la nave bética.
Francis, Pedraza y Kaptoum se quedan fuera de la lista por decisión técnica. Dani Martín, Javi García, William Carvalho y Juanmi se siguen recuperando de sus molestias. Difícil poder vaticinar el once y el esquema con el que saldrá el Betis esta noche. Muchos apuestan por darle continuidad a la defensa de tres centrales que tan buen resultado dio en Madrid. Otros, y sabiendo que es un derbi, prefiere un Betis que no esté tan parapetado atrás y algo más ofensivo, con dos puntas arribas. Sea cual sea la disposición táctica, lo que quiere la afición bética es que los suyos disputen cada balón como si fueran el último, luchen y aprieten como nunca.
Por parte sevillista, el proyecto creado por Monchi y Lopetegui está 5º con 21 puntos, cerca de los puestos de cabeza. Con la clasificación certificada para la siguiente fase de la Europa League, los rojiblancos visitan el Villamarín para conseguir un triunfo que se le resiste desde hace dos temporadas. Bien es cierto que en los últimos años el Sevilla ha dominado este tipo de partidos, en las últimas temporadas se han igualado las fuerzas. Vaclik, que se retiró ayer con un fuerte golpe en el pie, es duda para medirse a los béticos. Carriço sigue lesionado.Por lo demás, Lopetegui tiene disponible a todos los suyos y saldrá con un once parecido a este:
En 90 minutos se resuelve todo. 90 minutos de pasión, de entrega, de lucha, de nervios y emoción. Pero no acaba ahí, el derbi después se sigue jugando en el trabajo, en los bares, en los institutos y universidades. Quien pierda le tocará aguantar la guasa del otro. Bienvenidos al derbi más bonito del mundo.
