Se tenia que ganar y el Betis así lo hizo. Pero también es verdad que la imagen ofrecida no fue mejor que la dada en los últimos partidos. El cuadro de Manuel Pellegrini sufrió de lo lindo para pasar a la siguiente ronda y eliminar al Sant Andreu, que mereció mucho más.
En el Betis no hay nadie que esté bien. Ni los titulares, ni lo que esperan su oportunidad en el banquillo. Tampoco Pellegrini, que da la sensación que la situación le empieza a superar. Ni los experimentos, porque colocar a Ricardo Rodríguez como pivote ha sido, como poco, difícil de digerir. Cuando un equipo está inmerso en una dinámica tan negativa, es difícil que salga a flote.
Está claro que el Betis necesita un cambio. ¿Cuál? Esa es la gran pregunta. ¿Cambiar de sistema? ¿Fichajes? ¿Salidas? ¿Un bueno discurso? Muchas incógnitas, y cuando se plantea todo esto, el que al final acaba saliendo es el entrenador.
El Betis es un equipo mentalmente roto. Sólo hay que ver a Bakambu, un delantero que en Villarreal se le caían los goles y que antes de su lesión en el curso pasado aportaba muchas cosas. Ahora solo hace «pegarse» con los defensas y llegar tarde a todo. Vítor Roque es otro ejemplo de perdida de confianza, con una ocasión clarísima que manda al limbo y después un penalti fallado. Y así todo.
De nuevo Jesús Rodríguez fue de lo más destacado. Pero es que un niño de 19 años no debe (ni puede) echarse el equipo al espalda cuando en el césped están Lo Celso, Bartra y compañia. Hay una falta de liderazgo importante en esta plantilla.
El gol de falta del «Chimy» parecía que podía dejarlo encarrilado todo, pero nada más lejos de la realidad. El Sant Andreu se mostró como un equipo serio, que quería a jugar la pelota y tras una gran combinación consiguió el empate Serrano. El drama estaba servido.
Los nervios se apoderaron de un Betis que vio como a Busquets Ferrer se le escapó una clara mano de Sabaly. O como una jugada rocambolesca, con varios rechaces en el área no acabó en gol local de puro milagro.
El conjunto hispalense encontró el 1-2 con Bartra, aprovechando un penalti fallado por Vítor Roque y Abde sentenció con el 1-3 al final. Tuvo Pellegrini que sacar la artillería para hacerse con la victoria.
Es cierto que en esta ronda de la Copa del Rey han caído varios equipos de Primera División, y que la victoria tiene mucho mérito, pero el beticismo esperaba algo de reacción, y sinceramente, no se vio. Ahora viene el FC Barcelona al Benito Villamarín, donde veremos si los béticos muestran algo más de lo enseñado, por ejemplo, contra un Segunda RFEF.
UE Sant Andreu: Nil; Jordi Méndez, Guille Torres, Casti, Lucas Viña; Darbra (Guzmán 73′), Torices (Josu 81′); Jurado (Gorriti 73′), Albertito (Adri García 73′), Serrano; y Paredes (Forgàs 84′).
Real Betis: Fran Vieites; Aitor Ruibal (Sabaly 46′), Bartra, Natan, Perraud; Ricardo Rodríguez (Altimira 60′); ‘Chimy’ Ávila, Iker Losada (Mateo 46′), Lo Celso (Ez Abde 60′), Jesús Rodríguez; y Bakambu (Vitor Roque 60′).
Árbitro: Busquets Ferrer (balear). Amarillas a los locales Torices, Nil y Guille Torres, así como a los visitantes Aitor Ruibal, ‘Chimy’ Ávila, Sabaly, Fran Vieites y Juanmi (en el banquillo).
Goles: 0-1 (26′) ‘Chimy’ Ávila; 1-1 (36′) Serrano; 1-2 (79′) Bartra; 1-3 (96′) Ez Abde.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, disputado en el Estadio Narcís Sala del barrio barcelonés de San Andrés de Palomar, que colgó el cartel de ‘no hay billetes’, con más de 6.570 espectadores, unos 600 béticos entre ellos.