Imposible echar la vista atrás al Betis de principios del 2000 y no esbozar una sonrisa al recordar a Gastón Casas.
El delantero argentino llegó a Heliópolis en verano del 2000, a un Betis recién descendido a Segunda, con la difícil tarea de hacer olvidar a Alfonso u Oli y con su goles lograr el ascenso a primera. Formó una dupla argentina temible con Gabi Amato, que reinaron en la división de plata, con menos suerte luego en la máxima categoría. Finalmente abandonó a los verdiblancos en 2003, jugando un total de 55 partidos y anotando 16 goles.
Arrancó la 00/01, tras atravesar alguna que otra dificultad de adaptación al fútbol europeo y la falta de confianza de Fernando Vázquez (que fue sustituido en el cargo por Luis del Sol), consiguió adaptarse a la perfección a Amato, despatándose como «killer» en la segunda vuelta, con diez tantos en los últimos 14 partidos. Es más, incluso de sus botas salieron los dos más importantes de toda la Liga. Ambos llegaron en la última jornada, en Jaén, donde la escuadra de las trece barras dependía de sí misma para lograr el ascenso.
Empezó la 01-02, en la máxima categoría tal y como acabó el anterior, marcando goles, concretamente cuatro en las tres primeras jornadas, que le permitieron convertirse en el máximo artillero de la Liga . Aunque su progresión meteórica se paró en la décima fecha, cuando se lesionó tras una durísima entrada de Gerard. El diagnóstico fue demoledor: fractura de peroné y seis meses de baja. Su gran oportunidad se hacía añicos mientras el equipo hacía una campaña más que meritoria, con una sexta plaza que daba derecho a jugar en Europa.
En la 03-04, tampoco le sonrió demasiado la suerte, ya que apenas jugó 13 partidos y firmó dos goles, evidenciando claramente el grave perjuicio de la lesión además de la fuerte competencia con el regreso de Alfonso.
El argentino puso así fin a su periplo verdiblanco, que a pesar de los años siempre tendrá un lugar en el corazón de la hinchada bética, al recordar aquel partido del estadio de La Victoria de Jaén.