En 2017, el Real Betis fichaba a Cristian Tello procedente de la Fiorentina. El club verdiblanco contrataba a un futbolista acostumbrado a jugar de extremo, cuyas mejores virtudes son la velocidad y el desborde. Sin embargo, desde su llegada ha tenido que adaptarse a las necesidades del equipo, sufriendo una transformación que lo está convirtiendo en un jugador más completo desde que llegó.
Creo que decimos la verdad si decimos que Tello es un comodín dentro del equipo. Sin tener un hueco asegurado en el once desde su desembarco a Heliopolis, la temporada pasado jugó 32 partidos anotando 4 goles. Todas sus actuaciones en el curso pasado fueron jugando de extremo o en posiciones algo más naturales. En el presente año, el catalán ha tenido que adaptarse a la posición de carrilero, el puesto donde Setién lo está utilizando más. Y a pesar de haber cometido algún error jugando en una posición que no es la suya, en su último partido contra el Girona, se pudo ver a un Tello más correcto en defensa. Ya ha participado en 15 encuentros esta temporada, en las que lleva anotado 2 goles y 5 asistencias en Liga. Su velocidad y desequilibrio se hacen indispensables en un sistema de juego donde a veces faltan recursos para romper líneas, ya sea de extremo o de carrilero.
Pero en una faceta donde nos está sorprendiendo gratamente es como lanzador de faltas. Contra el Girona anotó el 0-1 de esta manera, pero no es la primera vez. Ya en Cornellá, contra el Espanyol, puso el 1-2 también de libre directo. Dos goles de bella factura al que habría que añadir uno conseguido en pretemporada contra el Braga, en un partido que acabó en empate a 1. Está demostrando mucha efectividad en ese tipo de jugadas ya que tampoco ha intentado mucho más lanzamientos en liga.
Sin duda, el «11» del Betis se encuentra en un buen estado de forma, y veremos qué rol adopta cuando Junior esté totalmente recuperado.