El Real Betis no pasó del empate contra Osasuna en un duelo donde no vimos a los verdiblancos con la brillantez de jornadas anteriores.
Pellegrini, como era lógico, rotó al equipo tras el tremendo esfuerzo que hizo para conseguir el pase a la final en Florencia. Quizás el movimiento de piezas y ese cansancio hicieron que no viéramos a ese Betis enérgico y con ideas de otros días.

A continuación analizamos las claves del encuentro:
No presión alta, no party
Una de las señas de identidad de la excelente racha de resultados del Betis es la presión alta. Contra Osasuna, no se hizo de forma tan efectiva ni eficaz como nos tenía acostumbrados los hombres de Pellegrini.
El cansancio, un centro del campo con menos físico con Carvalho y un Lo Celso apático en esta faceta, hicieron que Osasuna estuviera cómodo y que tuviera más posesión que de costumbre.
Bloqueo a nivel ofensivo
Si el Betis no conseguía robar en campo rival, la forma de generar peligro se reducía a la calidad individual. Y ahí hubo falta de chispa y de velocidad, todo ello, condicionando claramente por el desgaste..
El Betis recurrió a disparos lejanos o de media distancia, aunque sin inquietar mucho a Sergio Herrera.
Isco al rescate
El partido era importante para que el sueño de la Champions siguiera vivo. Por eso Pellegrini no tardó en dar entrada a Isco, Antony o Fornals. El Betis mejoró con ellos en el campo, sobre todo con el malagueño.
Isco cogió el timón del equipo, empezó a apretar y tuvo la recompensa del gol, dándole la asistencia para el tanto del Cucho Hernández.
Pero no fue suficiente, ya que en un pequeño desajuste defensivo, encontró Budimir el 1-1. Tras el empate, el Betis lo intentó con ahínco, pero faltaron fuerzas. Nada que reprochar a un equipo que lo dio todo a pesar de no venir de un contexto favorable.
