Se acabó el sueño copero del Real Betis. La lotería de los penaltis acabó por finiquitar las ilusiones verdiblancas en un título, que en palabras del propio entrenador, era muy importante. Mal partido, mal planteamiento y mal todo. Durante todo el encuentro el Real Betis dio la sensación de ir a remolque, y sólo la calidad individual le hizo tener opciones de pasar. Hay muchas lecturas que se pueden sacar después de la decepción de perder con el Rayo, y nosotros vamos a intentarla reflejarlas aquí.
- Intensidad y actitud del equipo: durante gran parte el encuentro el Betis pareció jugar con una marcha menos. Era incapaz de robar en campo rival y no ganaban los duelos divididos. El Rayo Vallecano le robó la posesión y fueron incapaces de recuperarla. Sólo cuando el marcador estaba en contra y el tiempo se agotaba, tomó el timón del encuentro.
- Irregularidad: lo de este equipo no tiene calificativos. De ganarle a la Real Sociedad de forma contundente, a caer con un Segunda División de forma estrepitosa. Algo que desgraciadamente se repite constantemente en nuestra historia, y lo triste, es que parece que no va a cambiar.
- Fragilidad defensiva: ayer el equipo cambió a defensa de 4 y se notó. No sabemos si los jugadores están acostumbrados a una defensa con 3 centrales, pero cuando juegan 4 atrás, el equipo es más vulnerable, comete más errores y sufre mucho más. Mención aparte necesita alguna actuación individual concreta, por ejemplo en el segundo gol del Rayo, un error en cadena de la zaga verdiblanca.
- Quien perdona la acaba pagando: el conjunto de Rubi tuvo en la prórroga y con el marcador 1-2 la oportunidad de ampliar la ventaja, pero los manos a manos de Tello y Aleñá no acabaron en gol. Un equipo con hambre debe siempre finalizar estas jugadas, pero al final, acabó pasando los que muchos nos temíamos, empate y jugarte el pase en los penaltis, donde ahí no se nota tanto la diferencia de categoría.
- Falta de lectura táctica y astucia: el Betis es un equipo al que le puede la presión. Y es algo incomprensible cuando tienes jugadores en la plantilla acostumbrados a jugar títulos y partidos de alta tensión. La gestión de los últimos minutos fue pésima. Con ventaja en el marcador y quedando dos minutos para final, el Betis debería de haber tocado y tocado el balón, que eso se le da muy bien.
- Jugadores señalados: claramente, una de las conclusiones que se pueden sacar de ayer es que hay jugadores que no están ni se le esperan. Aunque en términos generales, ayer pocos se salvan, dos nombres quedan señalados por encima de todo; Dani Martín y Tello. El primero da muestra de una inseguridad tremenda, y en gran parte el primer gol de Catena es fallo suyo. A Tello, se le ve apático, desganado, fuera del equipo. Perdonó un mano a mano clarísimo y un penalti en la tanda.
- Mal planteamiento de Rubi: el técnico catalán parece que cambió muchas piezas y el sistema y es algo que influyó. Quizás condicionado por el partido de Getafe tomó esa decisión, pero al equipo no se vio cómodo jugando con defensa de 4 y doble pivote. Tampoco en los cambios estuvo acertado.
- Gen perdedor: lamentablemente tenemos que hablar de ello. En situaciones de partido, el Real Betis parece que no sabe competir, que no tiene fortaleza mental y física de creerse grande. Y hasta que el chip no cambie en ese sentido, todo será igual.
- Falta de garra: a veces se echa de menos un poco de carácter en este equipo. Que imponga, que se gane el respeto. Damos la sensación de que somos un equipo blanco y que se nos puede hacer daño en cualquier momento.
- Factor suerte: los penaltis son una lotería, y ahí el Betis no tuvo esa pizca de suerte. Dos de sus mejores lanzadores, Joaquín y Tello, no acertaron desde los 11 metros.