Aunque parece que lleva más tiempo en Heliópolis, Quique Setién ha cumplido un año al frente del Real Betis Balompié. El curso recién ha terminado y es el momento de hacer balance de una temporada en la que se ha conseguido la clasificación para Europa y el equipo ha adoptado un carácter y una identidad reconocible, algo de lo que carecía antaño.
Desde su llegada, Setién dejó claro lo que quería: dominar la posesión, jugar siempre con el balón desde atrás (incluido el portero) y hacer un fútbol atractivo. Y se puede decir que lo ha conseguido, aunque haya tenido que ajustar un poco el esquema y hacer modificaciones para alcanzar este final soñado por toda la afición. Si algo ha garantizado el Betis este año es espectáculo, a veces a favor y otras en contra, pero, sin duda, ha sido protagonista en muchos partidos con muchos goles, lo que demuestra su capacidad ofensiva y también una debilidad defensiva que ha costado muchos quebraderos de cabeza al cántabro. Una fragilidad en la zaga que estaba a punto de batir récords de goles en contra, hasta que el cambio cambio a defensa de 5 y la llegada de Bartra consiguieron frenar la debacle. Rectificar es de sabios, y en este aspecto el míster demostró ser el más listo de la clase.
Goles tras jugadas de 15-20 toques, combinaciones en la que casi todos los jugadores mimaban el balón, victorias brillantes…el Betis parecía fiable, un equipo fuerte que sabía a lo que jugaba y cómo ejecutarlo. No obstante, a mitad de la primera vuelta, las cosas empezaron a torcerse; errores, falta de actitud en algunos partidos. Las cosas no funcionaban, las alarmas saltaban y varios sectores empezaban a inquietarse; la situación estuvo a punto estuvo de costarle el puesto a Setién, que decidió aprovechar los momentos difíciles para poner más empeño en enmendar el rumbo del equipo.
Sanabria, Feddal, Campbell…la presente campaña ha estado marcada por las lesiones de hombres que estaban siendo fundamentales; situación ante la que Setién respondió con gente de la casa. Fabián, Junior, Francis, Loren…la cantera al rescate y de qué manera. Sin duda, el triunfo de esta temporada ha sido compartido con José Juan Romero, lo que demuestra que el hecho de que filial y primer equipo compartan estilo no es mala idea.
Competitividad, lucha, buen juego y buen ambiente…han sido los ingredientes que han permitido al conjunto bético alcanzar los objetivos establecidos, con récord de imbatibilidad incluido, y 8 jornadas sin perder.
60 puntos, sexto puesto y clasificación directa para Europa; el presente ha sido bonito y la afición espera que el futuro sea mejor. En sus manos está, señor Setién. Gracias por una temporada donde hemos recobrado la ilusión, pero que no se detenga aquí. La brillantez de esta temporada debería convertirse en la costumbre de un club tan grande como el Real Betis Balompié.
