Recta final a la pretemporada del Real Betis que tendrá que esperar a su último encuentro para ver si cierra este periodo de preparación con una victoria. En su quinto encuentro, que lo ha enfrentado al Zaragoza, parecía que ese triunfo que necesitan los aficionados béticos para calmar sus preocupaciones iba a llegar, pero un tramo final de locura lo ha impedido. Andaban los béticos algo atascados de cara a gol, que cuando han roto esa sequía, ha sido a la defensa a quien se le han visto las costuras. La teoría de la manta, que si te tapas la cabeza se te descubren los pies y viceversa. Buen ejemplo para resumir el partido de los verdiblancos.
En una semana con dos partidos, Pellegrini ha decidido rotar y dejar algunos jugadores sin minutos. Salió de inicio con Rui Silva, Ruibal, Bartra, Edgar, Miranda, Paul, Guardado, Canales, Juanmi, Rodri y William José.
La primera mitad fue entretenida, con acciones para ambos equipos. Avisó el Betis en el minuto 7 con un disparo desviado de Canales. Al filo de la primera media hora de partido, estuvo a punto de adelantarse el Zaragoza con un remate a bocajarro, pero lo evitó Rui Silva con una gran parada. Fue entonces cuando se pudieron ver los mejores minutos del cuadro de Manuel Pellegrini. En el 35′ se produciría un «gol fantasma». Un robo de Paul, que pasa a Canales que dispara a puerta y el defensa maño evita el tanto en la misma línea, aunque todo el mundo pidiera que el balón hubiera entrado. Poco después, Ruibal estrellaría un balón al palo, en un nuevo aviso verdiblanco.
La segunda parte empezó también con ritmo, y el Betis vería la recompensa ante tantos intentos de gol. Fue, como no, Juanmi, que tras un buen pase, se quedó solo, recorió metros y definió a las mil maravillas para hacer el primero. Entró el encuentro en un periodo donde los maños estaban teniendo mayor presencia en ataque, llegando al tramo final donde se desató la locura.
En el 80′, Loren, que entró en la segunda parte, metió el 2-0 con un disparo fuerte desde fuera del área. Parecía que el Betis tenía la victoria en su mano, pero en cuestión de dos minutos, el Zaragoza consiguió empatar con goles de Petrovic y Simeone. Y pudo ser peor porque hubo otro gol rival, aunque este sería posteriormemente anulado.
El choque acabó con empate, dejando a los béticos con un sabor amargo. Sigue ese run-run en el beticismo, que no le convence lo que está viendo ahora mismo.
