El Real Betis estaba acostumbrando a su público a la excelencia. A la brillantez. A ganar los partidos con una superioridad que hacía vivir al aficionado bético tranquilo. Una tranquilidad desconocida en el barrio de Heliopolis. Los corazones latían sin acelerarse. El pulso no aumentaba cuando el rival se acercaba a la meta bética…Todo estaba siendo demasiado tranquilo, y eso en el Betis es raro. Contra el Zenit hemos vivido aquello que siempre ha ido unido al verdiblanco. El sufrimiento, los nervios, la tensión… Ese cronómetro del colegiado que parece que no corre. Pero que bien sabe pasar así de ronda. Ese toque de emoción y locura que nos gusta tanto a los béticos.
Partido muy igualado y competido entre el Real Betis y el Zenit. Los béticos hicieron el bueno el resultado de la ida, gracias sobre todo a su sobriedad defensiva comandados por un Édgar y Pezzella enormes. Pellegrini, que ha solventado el primer trámite importante de los tres que se le avecinan, no guardó nada. Alineó a sus pilares Fekir, Canales y Guido. Aunque en un partido de oficio y trabajo, los que más brillan suelen ser los que siempre van con el mono de trabajo. Hoy hubo que trabajar y mucho, y en eso Ruibal es el máximo exponente bético en esa faceta. Actuación destacada del siempre cumplidor jugador verdiblanco que sale reforzado.
La primera mitad fue un tanteo, un intercambio de golpes sin llegar a hacerse daño. Bien es cierto que era el Zenit, con mayor dominio, el que entrañaba algún peligro a la meta de Rui Silva que no le obligaba a intervenir. El Betis, que fue de menos a más en el duelo, se limitó a estar ordenado e ir repeliendo las llegadas rusas, y lo hizo con bastante acierto. Pocas ocasiones a destacar en un primera mitad algo sosa.
La segunda parte si empezó con ritmo. Tras empezar, el gol anulado por fuera de juego de Yuri Alberto hizo de toque de atención. Tras ese susto, los béticos pusieron una marcha más y casi logran adelantarse a balón parado, pero el remate de Guido se fue al palo. La ocasión también expoleó a una grada que vivía en el tramo inicial de la segunda parte los mejores minutos de su equipo en el encuentro. Otro córner también puso en aprietos a la zaga visitante. La jugada acabó con otro balón estrellado en el palo pero estaba invalidada por fuera de juego de Ruibal.
Poco a poco los béticos empezaron a perder metros en el encuentro y cada vez defendían más cerca de Rui Silva. Entonces empezó un asedio del Zenit que estaba siendo bien resuelto por una defensa segura como nunca. Aunque hoy si había preparada las dosis de sufrimiento que hacía mucho tiempo que no se vivían en el Villamarín. En el 89′, Cristyakov con un cabezado hacía el gol que mandaba el encuentro a la prórroga. Todos los béticos/as con las manos en la cabeza temiéndose lo peor, pero un gesto trajo esperanza. El colegiado se señaló su pinganillo mostrando que la jugada se estaba revisando. Y fue a verlo al VAR y objetivó un pisotón previo a Guido que al árbitro turco le pareció suficiente para anular el gol. El Villamarín lo celebró como si Fekir hubiera metido. No era para menos.
Hasta el final del añadido, acometidas del Zenit que algunas parece imposible que no acabaran en gol. Esa suerte, que tan esquiva ha sido para los de Heliopolis años atrás, ha hecho presencia en el duelo de esta noche. ¿Merecida? No lo sé, Quizás ha habido momentos donde tenía que haber aparecido y no lo ha hecho. Bienvenida sea. Con o sin suerte, lo único tangible es que el Real Betis pasa de ronda y estará en el sorteo de octavos. Otro capítulo más del «Plan».
Real Betis: Rui Silva; Bellerín, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado (Tello 90′); Canales (William Carvalho 71′), Fekir (Joaquín 83′), Aitor Ruibal; y Willian José (Borja Iglesias 83′).
FC Zenit: Odoevski; Wilmar Barrios, Chistyakov, Douglas Santos; Sutormin (Mostovoy 86′), Wendel, Claudinho, Krugovoy; Malcom, Yuri Alberto (Erokhin 84′) y Dzyuba (Sergeev 64′).
Árbitro: Halil Umut Meler (turco). Amarilla al local Guido Rodríguez, así como a los visitantes Krugovoy, Wilmar Barrios y Erokhin.
Incidencias: Encuentro de vuelta de la Fase Intermedia (equivalente a dieciseisavos de final) de la Europa League, disputado en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla, que podía cubrir un máximo del 85% de su aforo, ante 44.236 espectadores, con unos 200 hinchas rusos presentes.
