Gabriel Humberto Calderón es uno de los grandes jugadores del Real Betis de toda su historia. Un ídolo para la afición y un futbolista excepcional cuya huella sigue presente en Heliópolis tras las cuatro temporadas que vistió la camiseta verdiblanca. Jugó 171 partidos oficiales (131 de Liga, 23 de Copa y 17 de la Copa de la Liga) y marcó 48 goles. Fue titular en 130 de los 131 partidos que disputó en el campeonato de liga, lo que deja claro su impronta en el club hispalense.
En 1983, el equipo verdiblanco ficha a Calderón y en su primera temporada, tarda en adaptarse, aun así hace 7 goles, algunos tan hermosos como los conseguidos ante el Real Madrid o Athletic Club de Bilbao. En las temporadas siguientes fueron leyenda sus lanzamientos de falta y los balones que buscaban la escuadra. De hecho, los que le vieron jugar aseguran que en cada falta se hacía el silencio, presagiando que algo iba a pasar. Sus desbordes por la banda saliendo por los dos perfiles y las ejecuciones precisas desde el punto de penalti se convirtieron en marca de la casa.
Su mejor campaña goleadora fue la 1986-87, en la que anotó 18 tantos, marcando hasta en cinco ocasiones dos goles en un mismo partido.
En el verano de 1986 renueva su contrato por el Betis por 4 temporadas con una cláusula en la que se especifica que el futbolista sería traspasado si algún club ofrecía 70 millones de pesetas por su contratación.
Y eso ocurre un año más tarde. El 3 de junio de 1987 se hace oficial que el Paris Saint Germain pagaría esa cantidad. El delantero, con permiso de la entidad verdiblanca, acudió a París, pasó el reconocimiento médico y firmó un contrato de tres años.
Aun así no pudo evitarse una agria polémica con el presidente que lo había fichado. Un enfrentamiento en el que se cruzaron duras palabras de las que después se arrepintieron ambos.
En enero de 2014 volvió a Heliópolis, esta vez como entrenador del primer equipo. Peleó hasta su último aliento por salvar la categoría de un equipo que era colista, algo que no pudo hacerse realidad.
A día de hoy, Gabi sigue haciendo carrera como entrenador, siempre dejando algún guiño hacía el Real Betis. Y a igual que él se acuerda de las treces barras, la afición se sigue acordando de su clase, calidad y elegancia cuando vistió esta camiseta.
