Se fue Febrero, un mes que se presentaba como el más ilusionante de los últimos años, pero que ha acabado finalmente de manera decepcionante, con las respectivas eliminaciones en Copa del Rey y Europa League.
Es difícil encontrar algo positivo entre tanta mala racha, pero si hay algo a destacar es sin duda la aparición de Jese Rodríguez. El futbolista canario llegaba en el mercado invernal junto al brasileñoo Emerson y el mexicano Lainez.
Desde el principio fue un fichaje que levantó muchas dudas debido a su agitada vida privada y a su estancamiento profesional, ya que tras no triunfar en su club, el PSG, tampoco lo hizo bien durante las cesiones en las que el conjunto parisino le colocó.
A pesar de llegar sin competir nada en la liga francesa, el canario presentó desde el principio un estado de forma óptimo, que le ha permitido disputar 177 minutos repartidos en tres partidos ligueros, así como 87 en la Europa League y 122 en la Copa del Rey.
Jese entró en la política de rotaciones del míster Setién, comenzando detrás de Loren y Sergio León, los otros dos atacantes de la plantilla, para poco después adelantarlos y contar con la total confianza del cántabro y afianzarse en la titularidad. Con el delantero en el once, se ha podido ver un Betis que ha generado más peligro, con más oportunidades de gol, que sólo la mala suerte ha impedido que el canario cantara su primer tanto con la camiseta de las treces barras.
El canario se ha ganado a la hinchada verdiblanca no sólo por las muestras de su indiscutible calidad, si no por su total compromiso y esfuerzo en cada partido jugado, que lo hace un valor muy a tener en cuenta en la lucha por el único objetivo que ha quedado, tras el infausto mes de Febrero, que no es otro que repetir clasificación para competiciones europeas.