El director de orquesta Manuel Pellegrini ha sacado su partitura, y sus músicos ha afinado sus instrumentos con tal melodía que todo suena armónico y bonito. Sólo un pequeño desafine, y es que preocupa y mucho el percance físico de Claudio Bravo que compromete su participación para el derbi sevillano. Pero quitando este traspiés, la banda sigue imparable, gannado y haciendo sonar el himno de la victoria. Ya son 5 triunfos consecutivos y 11 partidos sin perder. Vaya actuación de los béticos.
Con respecto a la función europea, el Real Betis se gustó. El público se sabe sus canciones, sus nombres, y el ambiente es tan idílico que todo lo hace más fácil. Pellegrini ha conseguido que sus alineaciones de músicos no noten las ausencias, que todos se sepan el ritmo y las letras de sus composiciones. Salió el Betis con ganas, con gran presión y protagonizando los primeros acercamientos. El primer solo de guitarra se lo marcó Borja Iglesias. Necesita ese momento el panda para romper su sequía que ya duraba mucho. Gran jugada y excelente asistencia de Abner. Así se marchó la función al descanso, para un segundo acto que guardaría lo mejor de la noche.
El Aris quiso ser parte de la fiesta del Benito Villamarín, y en la segunda parte estuvo a punto de coger la voz cantante cuando se le anuló un gol por un fuera de juego. Parece que esto volvió a agitar a los verdiblancos, que sacó lo mejor de su repertorio.
Aitor Ruibal, con un tremendo disparo y la colaboración del portero visitante, hizo el 2-0 con sones de rock and roll. Después hubo momento para la música clásica. Se dio un momento lleno de magia, de generosidad, cuando Isco, victima de un penalti, vio a Fekir preparado para salir y no dudó un segundo en cederle el tiro. Lastimosamente, el francés, algo frío, no pudo culminar la obra maestra.
Pero no tiene importancia, el Real Betis Balompié siguió tocando y tocando, hasta hacer sonar el cántico preferido de la grada. Ese grito de emoción y locura tras un gol, y en este caso fue Marc Roca el encargado de llevarlo a cabo.
Tras el 3-1 en los minutos finales, lo mejor de la actuación se reservó para el final. Isco sacó su violín, dejó boquiabiertos a todos con un pase de espuela espectacular, y Abde, se encargó de rematar la melodía con un golazo de bandera. Telón, y a pesar en lo del domingo.
Lo de Bravo puede enfriar un poco el ambiente de una victoria que deja al Betis cerca de sellar su pase a la siguiente fase de grupos. Pero sin excusas. Los músicos son los mejores, están en forma y no hay estadio que imponga. Teñir de verde la ciudad, y que el himno que suene sea de la banda del campeón.
Real Betis: Bravo, Ruibal, Pezzella (Enrique Fernández 84′), Marc Roca, Abner, Guardado (Guido 59′), William, Luiz Henrique (Fekir 74′), Ez Abde, Rodri (Isco 59′) y Borja Iglesias (Ayoze 59′).
Aris Limassol: Vaná, Yago, Brorsson (Moussounda 46′), Urosevic, Caju, Szoke, Struski, Mayambela, Gomis (Brown 76′), Montnor (Bengtsson 46′) y Babicka (Kokorin 84′).
Goles: 1-0 (33′) Borja Iglesias; 2-0 (64′) Aitor Ruibal; 3-0 (80′) Marc Roca; 3-1 (84′) Kokorin; 4-1 (95′) Ez Abde.
Colegiado: Mohammed Al-Hakim. Amonestó al local Guido Rodríguez; y al visitante Struski.
