Jornada 36 de liga, una nueva edición de la pizarra. El Real Betis visitó Eibar con esperanzas de mejorar su imagen indolente y encontrar la frescura que puede dar un ataque que cree ocasiones y convierta. No fue el caso, 2019 está siendo un año nefasto.
Los once jugadores a los que tocó interpretar la sinfonía del técnico cántabro: Joel Robles en la portería, Junior en el carril izquierdo, Feddal central izquierdo, Bartra central derecho. Francis de lateral derecho. El medio del campo fue para Lo Celso, Kaptoum, Guardado, Tello y Joaquín. De delantero Loren. Casi innovador 1-4-5-1.
En cuanto a sustituciones entraron: Lainez, Carvalho y Jesé ⇑. El lugar en el terreno de juego lo cedieron: Francis (74’), Guardado (80’) y Kaptoum (83’) ↓. Los cambios no añadieron nada reseñable a la mezcla, quizás hubiese sido interesante ver a Jesé con Loren desde el inicio.
«Lo mejor que puede pasar es que acabe la temporada«, es la frase que impera entre el beticismo. Resulta increíble ver la segunda vuelta del Real Betis, aunque atendiendo a estadística lo extraordinario fue la segunda vuelta de la temporada pasada porque los equipos de Setién se desinflan en la segunda vuelta, un hecho contrastado en Las Palmas.
Las claves del encuentro:
Todo lo que se acertaba en decisiones técnicas puntuales el pasado año, este año es agua.
El Real Betis eligió para esta ocasión un sistema alternativo, probablemente por la falta de efectivos naturales en sus posiciones. Cara al ataque el cambio fue fresco, las bandas causaron mucho daño en la defensa del Eibar, pero era de suponer que lloverían balones al área y parece ser que no era una situación prevista por el equipo técnico. Un solo hombre en el área esperaba el remate de esos balones, precioso lance de juego desaprovechados.
Y así una jornada más sin victoria, sin ni siquiera empatar, y con la cara en los propios jugadores de impotencia.