Cuánto hemos soñado para vivir estos momentos. El bético echa la vista atrás y no asimila que el cuadro verdiblanco esté a un paso de una final europea. Pero es toda una realidad. Sólo queda disfrutar, aunque el sentimiento predominante en muchos de los aficionados será de nervios.
Este jueves, el Real Betis Balompié se juega algo más que un partido: se juega el derecho a soñar, el derecho a escribir una de las páginas más hermosas de su historia. En el majestuoso Artemio Franchi, el Betis querrá hacer buena la ventaja de un gol que trae de la ida (2-1). No será fácil, pero los jugadores béticos llegan a Florencia convencidos de su clasificación.
«Quiero escribir una página de oro en la historia del Betis», «No nos vale el empate, vamos a ganar». Son algunos de los mensajes de los jugadores del Real Betis en la previa del encuentro. Unas declaraciones que muestran la convicción y la confianza de una plantilla capaz de todo. Imagina no confiar en estos tipos.
Además, el cuadro hispalense llega exultante y eufórico tras la épica victoria en Liga contra el Espanyol. La forma con la que se consiguió el triunfo, más el baño de masas que tuvo en la Ciudad Deportiva a su llegada a Sevilla, han elevado la moral a un nivel altísimo.
A pesar de la ligera ventaja bética, la eliminatoria está muy igualada. La Fiorentina, actual subcampeón de la Conference League, es un equipo experimentado, rocoso y con pegada. En el Villamarín, los italianos aprovecharon sus pocas ocasiones y mostraron su oficio. Los italianos vienen de perder 1-0 con la Roma. Para el duelo contra el equipo sevillano, pierden a Cataldi pero recuperan a Dodo.
Más de 2.000 valientes béticos viajarán a Florencia para teñir de verde y blanco las gradas del Franchi. Y detrás de ellos, cientos de miles en Sevilla, en cada rincón del mundo, con la radio pegada al oído, con los nervios a flor de piel, esperando ese gol, ese milagro, ese pase que les meta, por primera vez en su historia, en una final europea.
