Cuantas cosas se habrán dicho o escrito del derbi sevillano. Para la ciudad de Sevilla, esto es más que un partido. Un acontecimiento que paraliza la ciudad, que la divide en busca de un vencedor. Porque no solo gana el equipo, gana ese trabajador, ese hermano o esa abuela que la día siguiente proclama a los cuatro vientos que el club de sus amores se ha llevado la victoria. Pasión, amor, sentimiento. Muchos no lo entienden y quieren convertir este partido en un pasteleo más propio del norte. Conmigo, que no cuenten.
Porque #ElGranDerbi es rivalidad, odio al eterno rival, y también «sevillania». Otro de esos términos que a veces de malinterpretan, o del que se hace un uso partidario del mismo, pero que en muchas ocasiones se hace gala de él. Y en Sevilla hay mucho de eso.
En un partido de este calibre poco importan las dinámicas, los análisis o las rachas. Son encuentros especiales que se juegan con algo que no tienes en otras jornadas. Hay que saber los jugar, hay que manejar cada detalle y también hay que saber cuándo hay que hacer sangre. Y eso, parece que le ha faltado al Betis.
Porque, siendo realistas, el conjunto de Manuel Pellegrini ha sido muy superior al Sevilla en los últimos duelos entre ambos, aunque le ha faltado algo para finiquitar los partidos y llevarse la victoria.
Ambos equipos vienen en un buen momento. Los verdiblancos, tras dos victorias consecutivas, quieren afianzar su plaza europea y tiene a tiro la sexta plaza. Por su parte, los sevillistas encadenan tres triunfos seguidos, algo que le han permitido ponerse en mitad de tabla y despegarse de un descenso que han visto muy cerca.
Cada bando tienes sus armas. Por el lado bético, todo el mundo se encomienda a Isco, que tras su breve y polémica etapa en Nervión, tiene ganas de callar bocas en momentos como este. En la otra acerca, Quique Sánchez Flores ha encontrado en la pareja En Nesyri-Isaac Romero la ilusión para salir de la difícil situación que atravesaban.
En el capítulo de bajas, el Real Betis tiene las ausencias de Bellerin, Bartra y el Chimy Ávila. El conjunto nervionense no podrá contar con Pedrosa, Gudelj, Oliver y Sow.
Posibles onces
Jose María Sánchez Martínez será el colegiado de este caliente derbi, asistido en el VAR por Ortiz Arias. El último precedente con este árbitro fue en la victoria bética contra Osasuna (2-1).
Sánchez Martínez ya sabe lo que es pitar un derbi. Lo hizo la temporada pasada en la que expulsó a tres jugadores y en el encuentro acabó en empate (1-1).
Ya solo faltan que vayan pasando las horas y que llegue la cita. Hay preparado un ambiente espectacular, donde se insta a que todo el beticismo vaya de verde. Metamos la afición el primer gol del partido. ¡A por el derbi!
