- Un gol de Collado en el 88 dejó sin un empate merecido a los de Manel Ruano
No hay manera. Aunque era difícil, el Betis Deportivo afrontaba el partido con el Villarreal B, líder de la Liga, con la necesidad urgente de seguir sumando tras su buen empate la semana pasada contra el Albacete. Y esta vez mereció más, pero cuando no sale nada la suerte no acompaña. Finalmente, la victoria voló hacía Castellón y deja al filial bético muy tocado.
En líneas generales fue un partido donde pasó de todo. Los primeros avisos fueron por parte visitante, que obligaron a emplearse a fondo de Marc Vidal e incluso a Kike Hermoso a despejar un balón bajo palos. Si entraría poco después el balón en la porteria groguet, pero la jugada fue invalidada por el tremendo choque entre Mizzian y Iker Álvarez, que acabó con el portero bastante maltrecho y que tuvo que ser sustituido.
Cuando parecía que el partido se llegaría en empate antes del descanso, en el 44 se abrió el marcador. Error del Betis Deportivo en salida de balón, que aprovechó Arana para hacer el 0-1. Además, antes del paso por vestuarios, los béticos reclamarían al colegiado una tarjeta roja a Lozano por una agresión a Lara, que finalmente quedó en amarilla.
En la segunda mitad, poco a poco los de Manel Ruano fueron haciéndose con el timón del encuentro y encontrarían su premio con el empate de Juan Cruz, que mete así su segundo seguido tras el anotado en la anterior jornada. Quedaban más de 20 minutos donde todo podía pasar. La victoria podía caer para cualquier lado, y por desgracia para los intereses hispalenses, cayó del lado amarillo. Collado en el 88 asentaría un golpe definitivo sin tiempo para reaccionar, cosechando una nueva derrota que deja al filial de las trece barras en una situación muy delicada.
