El cuento del «Principito»

El cuento del «Principito»
  • Andrés Guardado cumplió contra el Villarreal su partido 200 con la camiseta del Real Betis Balompié

Hay jugadores que no acaparan focos o no aparecen en los highlighits. Pero tampoco los necesita. Y Andrés Guardado es uno de ellos. El capitán verdiblanco cumplió contra el Villarreal su partido 200 con la elástica bética. Y quizás su figura no está del todo reconocida o valorada.

Si hay algo que resume la trayectoria del mexicano en el mundo del fútbol es la profesionalidad. Cuando recaló en el Real Betis Balompié en la temporada 17/18, nadie esperaba la importancia que iba a ir adquiriendo con el paso de los años. Llegaba a Heliópolis un viejo conocido de la Liga española tras su paso por el Deportivo de la Coruña y Valencia, pero muy diferente a ese jovencito rápido y habilidoso de aquellos tiempos.

Al Real Betis llegó un Guardado más maduro, que venía a apuntalar el mediocampo verdiblanco. Se fichaba a un líder y a un emblema del PSV, que poco a poco lo empezaría a ser también como bético. El mexicano ha sido parte activa en el crecimiento del club y en todo lo conseguido. Y no estoy exagerando en esto que digo. Para valorar el paso de un futbolista por un equipo hay que tener buena memoria. En sus primeros años fue una figura importantísima para Setién, titular y clave para aquella clasificación europea en el primer año del cántabro en el banquillo sevillano.

Bien es cierto, que poco a poco fue perdiendo su sitio en el once, pero nunca ha dejado de participar. De sumar y de aportar. Ya sea como titular, de suplente, en la rotación o en el banquillo. Siempre ha aceptado su rol y su lugar en el equipo. Cuando le ha tocado enfundarse la camiseta de las trece barras, siempre lo ha hecho con pundonor, sacrificio y lucha. Y los béticos nos tenemos que sentir orgullosos de tener jugadores que encarnan, nada más y nada menos, el «manquepierda».

Si importante ha sido en el verde, más aún fuera de él. No se le da el suficiente valor a una persona que pone buen humor en un vestuario, que sirve de pegamento para que haya un buen ambiente, que ayuda a la adaptación de los nuevos…Al fin al cabo, los futbolistas son seres humanos, y si hay uno que todo lo pone más fácil, se crea el clima óptimo para lograr grandes cosas.

Sin duda un peso pesado en el vestuario. Un tipo con carisma, familiar, alegre, que parecía que pasaría por Heliopólis como uno más, pero que deja un legado muy difícil de alcanzar. El principito ha escrito su cuento aquí, y la historia no está nada mal. Él será el único responsable de qué final quiere darle, y ojalá sea de verdiblanco.