En la mañana de hoy día 28 de enero de 2019 se ha confirmado que la final de la Copa del Rey para el presente curso, que se disputará el 25 de mayo, se jugará en el estadio Benito Villamarín. Agradable noticia para lo extradeportivo, el estadio del Real Betis Balompié volvió al foco de las competiciones nacionales y europeas como debería de ser siempre, uno de esos estadios míticos del futbol español debería estar siempre en el foco. Sin embargo, el mal hacer de la administración del equipo sevillano llevó al club a un segundo plano y a las sombras.
Debemos dar la enhorabuena al actual consejo de administración por devolver al club a primera línea, de donde no debería haber salido en ningún momento. Y tocará disfrutar de la final de la Copa del Rey en Sevilla, en el feudo bético.
Sabiendo que la final se va a disputar en nuestro estadio se nos plantea la siguiente reflexión, nos gustaría lógicamente ver disputar la final al Real Betis Balompié. Pero ¿a qué precio? Pues no parece mala idea apostarlo todo a la copa. Quizás parece una locura, pero si lo reflexionamos no lo es tanto. Jugar Europa debe ser las aspiraciones verdiblancas para la próxima temporada, por proyecto y por cuestiones puramente económicas. La Liga es una competición de resistencia, el Real Betis no parece estar viviendo un buen momento y hay diversas cuestiones que se plantean a la hora de ver competir al equipo, que tratamos cada semana en el análisis pospartido en nuestra pizarra. Probablemente no es tan mala idea ir con todo a por la copa, no olvidemos que no sólo se trata de un título, el ganador del trofeo gana plaza europea. No es, por tanto, una mala vía para lograr el objetivo. De hecho el Real Betis está solo a escasos partidos de esa vía.