Mucho se habla de Alfonso, Finidi, Jarni o Denilson cuando se recuerda al gran Betis de los años, pero que hubiera sido menos grande sin el concurso del gran Hristo Vidakovic.
El serbio llegó a la entidad de Heliópolis en el verano del 94 a un recién ascendido Betis, viviendo todo tipo de cosas allí y librando mil batallas, durante 6 temporadas, actuando en 141 encuentros y anotando 6 tantos.
Hristo Vidakovic fue un excelente defensa que formó parte de aquella poderosa escuadra verdiblanca de mitad de los noventa que disputó competiciones europeas y le devolvió la alegría a los aficionados de Heliópolis.
Elegante y rápido, seguro y contundente, se erigió desde el principio en titular de aquel gran equipo que dirigía Lorenzo Serra Ferrer. Se ganó la admiración de los aficionados y le dio consistencia a una zaga que resultó la menos goleada de aquel campeonato, donde el Betis acabó tercero. La temporada siguiente disputó con el Betis la Copa de la UEFA y en las campañas siguientes mantuvo una excelente línea de rendimiento, llegándose a comparar con el mismísimo Beckenbauer. En el ejercicio 1997-98 defendió la camiseta verdiblanca en la Recopa de Europa, pero sufrió una grave lesión que lo mantuvo alejado de los terrenos de juego casi durante dos años.
Retornó al equipo en el 2000, pero ya nada volvió a ser igual. Esa temporada apenas jugó 14 partidos y concluyó con el descenso del equipo.
Durante la pretemporada de la campaña siguiente, con el equipo preparando el ascenso, un altercado con un enfurecido Lopera por el descenso, le llevó a poner punto y final a su etapa verdiblanca.
En 2011 volvería enrolarse con los colores béticos, pero esta vez como entrenador del Real Betis Balompie B (hoy Betis Deportivo), dejandólo en la octava posición.