El Real Betis Balompié consiguió su primera victoria en Liga de la temporada, en un encuentro con dos partes diferenciadas. La primera, con un ritmo bajo y pocas ideas, mientras que la segunda fue radicalmente opuesta, gracias en gran medida a los cambios de Pellegrini.
A continuación analizamos las claves del encuentro:
Primera parte sin ritmo ni ideas
La primera mitad del Real Betis no fue buena, aunque fue el equipo con más posesión de balón y que más lo intentó fue el de Heliópolis. Pero el ritmo en la circulación era lenta, previsible y el Leganés, muy ordenado en defensa, se sentía cómodo defendiendo el dominio bético.
Sólo la inspiración de Abde y sus ganas le dieron algo distinto al ataque del Betis, que fue en los primeros 45 minutos lento y espeso.
Llorente y Natan, seguridad garantizada
Es cierto que el equipo verdiblanco no tuvo mucho trabajo en defensa, pero el poco que tuvieron fue muy bien resuelto por una pareja de centrales que aportan mucha seguridad y jerarquía. Natan y Llorente cuajaron una gran actuación, siendo solventes y resolutivos. Sin duda, la solidez defensiva de este comienzo liguero es una de las noticias más positivas.
También hay que mencionar a Perraud. El lateral francés va a más y fue uno de los grandes nombres que nos deja el encuentro.
Reacción en la segunda parte
Los béticos no encontraban el camino del gol, y la mano de Pellegrini fue clave para abrir nuevas vías para hacerse con la victoria. En el 62 de partido, introdujo un triple cambio que fue muy importante para generar ocasiones que darían los tres puntos.
La entrada de Bellerin, Vítor Roque y Lo Celso trajeron todo lo que le faltaba al Betis; movimientos al espacio, intensidad, creatividad…
En el primero gol, Bellerin gana línea de fondo para asistir a Abde. En el segundo, un gran pase de Lo Celso, deja al marroquí solo contra Soriano, que rechaza su tiro pero ahí estaba Vítor Roque para aprovechar el balón suelto y hacer el 2-0. Incidencia directa de los tres en el resultado. Mejor no pudieron salir los cambios.
Abde, el MVP
El marroquí fue un auténtico dolor de muelas. Fue el que más participó, el que más lo intentó, y sin duda fue el mejor jugador del encuentro. Siempre fue una amenaza por la izquierda, desbordando a sus defensores y creando peligro. De hecho, tiró cuatro veces, y los cuatro fueron a puerta. Una insistencia que al final encontró la recompensa del gol. Este es el Abde que tanto queremos y necesitamos.