El Real Betis cayó en la trampa de José Bordalás. El cuadro azulón tejió una tela de araña, atascó a los béticos y aprovechó la única ocasión que tuvo. También es cierto que los béticos no estuvieron a su mejor nivel. Tanto a nivel físico como a nivel de juego, el cuadro de Pellegrini ha llegado a este tramo de la temporada con las fuerzas justas. Y eso, en un partido con un rival que se jugaba la vida, se notó. La Europa League tendrá que esperar, aunque los verdiblancos tienen casi los dos pies en la sexta, ya que una tremenda carambola con Osasuna lo dejaría fuera.
A continuación analizamos las claves de la derrota:
Dominio estéril en la primera mitad
Con un rival que está cómodo sin la posesión de balón, el Real Betis tuvo el dominio del esférico durante los primeros 45 minutos pero sin llegar a crear peligro. No encontró el cuadro sevillano los espacios ni la claridad en los últimos metros. Una primera parte un tanto gris.
Con la pólvora mojada
En la segunda parte, el Real Betis dispuso de 2-3 ocasiones muy claras. Las rotaciones planteadas por Pellegrini, con una pareja que poco habían coincido, como es Ayoze-Juanmi, se entendieron bien, aunque solo faltó el gol.
Ayoze, el más entonado
El delantero chicharrero fue el que más lo intento y el que más participó. Se asoció bien en una posición algo diferente de lo que venía desempeñando, pero tiene calidad a raudales y eso lo hace aportar desde cualquier posición. Ha sido el elegido del MVP.
Récord de expulsiones
El Real Betis ha hecho historia clasificándose por tercera temporada consecutiva a Europa, pero esta campaña también va a ser recordada como el año de las expulsiones. Hasta 15 rojas ha visto el conjunto verdiblanco en lo que llevamos de campeonato, una absoluta barbaridad que se explica con criterios arbitrales injustos, errores propios y dobles raseros. Algo que ha mermado mucho al equipo y que ha sido un hándicap durante todo el año. El último en ver una roja fue Pezzella contra el Getafe.
