Europa League, jornada 4, finalizamos los cruces con el teórico equipo con el que debíamos pelear el primer puesto de grupo. En definitiva, el Real Betis Balompié ha salido airoso del cruce con el Milán, pero este Betis tiene esa capacidad este año de que se haga lo que se haga, dejarnos con mal sabor de boca. Apenas hubo 8 o 9 minutos buenos del Real Betis, los que le valieron para crear las ocasiones que se cuentan durante los 96 minutos de juego. Para el resto, ese Real Betis 2018/2019 reconocible: espeso, lento, previsible, gris, insulso y sin brillo.
El equipo técnico apostó por el siguiente once titular: Pau López en la portería, Junior de carrilero izquierdo, Feddal de central izquierdo, Marc Bartra al eje de la defensa, Mandi central derecho y Tello en el carril derecho. El medio del campo era para Canales, Carvalho y Lo Celso. Puesto de enlace para Joaquín y delantero para Loren. Podríamos hablar de un 1-5-3-2 en esta ocasión. Joaquín jugó claramente por delante de la línea de tres centrocampistas con libertad de movimiento. Si hablamos de sustituciones, estas empezaron en el 66′: Joaquín se marchaba del campo y entraba Andrés Guardado. Andrés ocupaba el costado izquierdo de la línea de tres y Lo Celso era el que adelantaba su posición. Â En el 76′ Loren sustituía a Sanabria.
Las claves del encuentro:
El problema con los laterales.
Siendo algo más atrevidos, aún no lo asumen con normalidad. Hay dos jugadas claras que se difuminan por culpa del freno de mano de los laterales en este partido. Por banda izquierda, Joaquín mete entre líneas un pase perfecto a Junior que dejaba a éste en línea de fondo para colgar el pase y el carrilero tira de nuevo desmarque hacia su propia portería, perdiéndose esa valiosa oportunidad. Por banda derecha, acelera Lo Celso rompiendo su línea defensiva, mira y no hay nadie doblándole. Se frena, se gira, vuelve a mirar y sigue sin aparecer nadie. Acaba levantando los brazos de impotencia.
Falta de insistencia en el ritmo y desconexión.
El Real Betis es el principal artífice de que el contrario juegue mejor. Diríamos que en la mayoría de las ocasiones la mejoría del rival pasa por la desconexión propia. Debe el Real Betis aprender a insistir en el ataque y no caer en la posesión inoperante sin saber en qué momento volver a acelerar y salir de ella. La posesión es una herramienta, y los jugadores del Real Betis deben aprender a usarla. El modelo de Setién usa esa herramienta pero no hay que estar todo el partido con la misma herramienta, la usas cuando la necesitas. Es algo básico que alguien debe volver a recordarles. Porque cuando el Real Betis por unos minutos acelera y busca la portería contraria con pases rápidos y velocidad, el equipo tiene la capacidad para llegar a portería. Lo hace, lo hemos visto, cuando decide buscar la portería con transición rápida este Betis es capaz de hacerlo y lo hace como un equipo de élite.