Una nueva esperanza

Una nueva esperanza

Una nueva esperanza. Haciendo uso del título de la famosa cuarta película de la guerra de las galaxias podría definir lo que siente el bético un par de días después de cada -decepción- partido. Y es que es inexplicable como tras cada fracaso deportivo el bético se agarra al más mínimo clavo ardiendo para desear que llegue cuanto antes el próximo partido de su Betis. 

Por supuesto que ese clavo no es nadie de la actual junta directiva, ya han demostrado más que de sobra que el Betis les viene grande, muy grande. Han demostrado que para ellos ni el Betis ni el bético es lo primero.

Tampoco podemos usar como clavo la actuación grupal del equipo. La plantilla no ha carburado aún como conjunto salvo al inicio de liga y no hay visos a corto plazo de un cambio radical. Es más, por ciertos sumideros de la ciudad se empiezan a filtrar la existencia de disputas internas personales entre compañeros, que si tú no corres, que si tú no defiendes, que si no metes ni una, que todos los tiros son gol, etc. Una batalla dialéctica que no hace bien ni al jugador, ni al grupo, ni al Betis. No sé a ciencia cierta que veracidad tienen esos rumores pero cuando el río suena…

Sin embargo, entre todo lo anterior y lo que podría extenderme al respecto, encontramos una luz, un destello al final del túnel, como cuando Luke Skywalker despliega su espada láser. Un guía, un referente y un reflejo de cualquier bético sobre el terreno de juego.

Este clavo ardiendo de nueva esperanza tiene nombre y apellidos, don Sergio Canales. El 10 del Betis se ha convertido sin duda, en el jugador insignia de nuestro equipo, en el capitán sin brazalete. Cuando se cumplen apenas 2 años y medio desde que viste nuestros colores demuestra día a día un pundonor, una lucha, un esfuerzo, un sacrificio y una profesionalidad pocas veces vista por Heliópolis y digna de admiración por todos los béticos.

Sergio Canales se comporta como haría cualquier bético de a pie que pudiera vestir la elástica de las 13 barras. Nunca se da por vencido, nunca está satisfecho y pelea hasta el último balón del último segundo por el escudo que porta en su camiseta.

Canales ha sabido entender a la perfección, y diría que de forma autodidacta, qué es el Real Betis Balompié y sobre todo, que significan esas tres palabras para el aficionado verdiblanco.

Y es que este chaval se ha ganado el respeto de todos los béticos por méritos propios. No solo por haber trabajado mañana, tarde y noche para recuperarse de una lesión cuyos plazos de recuperación eran largos. Ni tampoco solamente por ponerse delante de un micrófono y decir las 4 verdades que todos los aficionados y más de uno de la planta noble necesita escuchar. También es porque cuando está sobre el césped es de los únicos momentos en que el equipo da la sensación de querer jugar al fútbol. De los únicos momentos en los que el equipo da la sensación de poder ganar cualquier partido, de los únicos momentos en los que corre hasta el «apuntaó», de los únicos momentos en los que el Betis parece un equipo de fútbol. En definitiva de los únicos momentos en el que como decía antes, el bético ve en el césped alguien que les representa.

Le podrán salir las cosas mejor o peor, estar más o menos afortunado pero siempre está, siempre lo intenta y si falla siempre sigue intentándolo. El tan últimamente maltratado Manquepierda, cobra todo el sentido de la historia gracias a jugadores como Sergio Canales, porque se parte la cara hasta la extenuación por defender lo que tanto amamos.

Dada la situación y rendimiento actual del equipo, ver entrar en la convocatoria del pasado martes a Canales fue como ver la aparición de la virgen María. Fue un suspiro de alivio de cualquier bético, una bocanada de optimismo y positividad ante los meses que nos quedan de competición. Porque con él sobre el césped al menos, sabemos que habrá un jugador que defenderá nuestros colores con todo lo que pueda dar hasta el minuto 90. Como diría mi padre con 25 Canales en la plantilla somos campeones de liga.

Seguramente él nunca llegue a leer estas líneas pero por si acaso, GRACIAS. Muchas gracias por representarnos y por defender nuestro escudo de la manera que lo haces, estamos orgullosos de ti. Eres todo un ejemplo de futbolista y de bético.

Año nuevo y esperemos que vida nueva, sino, ya saben, agárrense al clavo ardiendo que nos trae una nueva esperanza.