El Real Betis Balompié logró una victoria de oro en Mallorca, de esas que dicen que son balsámicas y que pueden marcar un punto de inflexión en una temporada.
La primera mitad de los verdiblancos fue para el olvido. Mala colocación sobre el césped, falta de intensidad y escasas ganas, sumadas a una preocupante incapacidad para mantener la posesión del balón.
El Mallorca, por su parte, comenzó más enchufado. En el minuto 10, Samu Costa tuvo una clara ocasión para adelantar a los locales, pero Adrián, con una soberbia intervención, evitó el gol cuando Son Moix ya celebraba el 1-0.
El partido continuaba con muy poco fútbol, dominado por los jugadores locales. Lo peor era la sensación de que el Betis, pasaran 20 o 80 minutos, no estaba ni se le esperaba.
En el minuto 30, el Mallorca dispuso de una triple ocasión, con tres disparos consecutivos que fueron bien bloqueados por la zaga bética. Minutos después, Mojica desaprovechó una clarísima oportunidad tras un error de repliegue del lateral derecho verdiblanco. Por suerte para los visitantes, su disparo fue tan malo como el partido hasta ese momento.
El Betis no transmitía buenas sensaciones, y lo mejor para los de Pellegrini tras llegar al descanso era el resultado.
El giro en el descanso
En el intermedio, Pellegrini decidió dejar a Marc Roca en el vestuario para dar entrada a Altimira. Un cambio que transformó el partido.
Con el joven mediocentro en el campo, el Betis ganó en colocación y ocupó mejor los espacios. Esto, sumado al paso adelante de Isco en la creación y el desborde de Jesús Rodríguez, permitió a los verdiblancos entrar con otro aire en el segundo tiempo.
No fue un cambio radical, pero por fin se vislumbraba algo de esperanza. Eso sí, parte de ello se debía a un Mallorca que al paso de los minutos, le fue pesando su mala dinámica y empezó a bloquearse.
Aunque sin generar grandes ocasiones, el Betis comenzó a acumular acercamientos. Abde probó con un disparo desde la frontal que atajó el portero sin problemas. Hubo también un par de centros peligrosos y algunas faltas en la frontal, aunque sin consecuencias.
La jugada que lo cambió todo
El minuto 72 marcó un punto de inflexión. Una entrada absolutamente desproporcionada de Omar Mascarell sobre Jesús Rodríguez estuvo cerca de terminar con la carrera del joven futbolista.
El árbitro, a pocos metros de la acción, no vio falta. Fue el VAR quien le llamó la atención, aunque sorprendentemente no hubo expulsión inmediata para Mascarell, quien debió haber abandonado el campo mucho antes.
A partir de ese momento, el Betis se adueñó del balón, aunque seguía sin generar ocasiones claras. En el minuto 90, Juanmi tuvo la oportunidad de oro para el 0-1, pero su disparo, aparentemente sencillo, se fue muy desviado.
Cuando todo apuntaba a un empate insípido, apareció la magia.
La varita de Isco y el gol salvador
En el minuto 96, Isco sacó su varita mágica para filtrar un pase milimétrico entre el lateral y el extremo del Mallorca, habilitando a Ángel Ortiz. El canterano, de primeras, lanzó un centro perfecto al área que Bakambu, con un cabezazo espectacular, envió al fondo de la red.
Extasis total para los jugadores y la afición verdiblanca en Mallorca… y, por supuesto, para los que seguíamos el partido desde casa.
Este gol puede ser mucho más que tres puntos. Podría significar un cambio de dinámica, mentalidad y actitud en el equipo, el cuerpo técnico y la afición.
El Betis, ese equipo al que tantas veces parece que todo se le pone en contra, logró una victoria que demuestra que nunca hay que darlo por muerto. El fútbol, como siempre, da y quita. Y el Betis, fiel a su esencia, resurge cuando menos se espera.
Ficha técnica:
RCD Mallorca: Greif; Maffeo, Raillo, Copete, Mojica; Mascarell, Samu Costa, Dani Rodríguez; Navarro, Darder y Larin.
Real Betis Balompié: Adrián; Ángel Ortiz, Llorente, Natan, Arribas; Johnny, Marc Roca, Isco; Jesús Rodríguez, Abde y Vitor Roque.
Gol: 0-1 Bakambu, minuto 96.