Derrota del Real Betis en el Sánchez Pizjuan en un partido donde a los béticos le faltaron algo. Al Sevilla le bastó con una primera parte intensa y llena de rabia para llevarse un derbi que festejaron como si un título fuese. Toca hacer borrón y cuenta nueva. No hay tiempo para lamentarse.
Aquí os dejamos algunas de las claves de lo que ocurrió en el encuentro:
Una primera parte nefasta
Al Real Betis le costó entrar en el partido. Y cuando se dio cuenta ya perdía 2-0. La presión alta y axfisiante del Sevilla puso en jaque al Real Betis, que apenas tuvo la pelota. El cuadro nervionense salió con esa chispa y con el orgullo herido y canalizó eso en la primera mitad, imprimiendo un ritmo alto que hizo mucho daño al conjunto de Pellegrini.
Errores en las dos áreas
En partidos tan complicados como son los derbis, cualquier detalle puede marcar la diferencia. Cierto es que el Betis no estuvo bien, pero también es verdad que los dos goles lo propiciaron los béticos. Una falta de entendimiento entre la zaga y Bravo en la primer gol, y las manos blandas del chileno en el segundo fueron dos errores que costaron muy caros.
Pero el Real Betis no falló sólo en su área, también en la rival. En la segunda parte, los verdiblancos dispusieron de ocasiones muy claras para recortar distancias, y quien sabe para poder empatar el encuentro. El gol de Canales llegó en el descuento sin apenas dar tiempo a nada más.
Canales, el más destacado
El cántabro fue el más destacado en el duelo con el Sevilla. No sólo por el gol. Canales hizo pareja en la segunda mitad con Guido, y desde el pivote, el Betis recuperó una versión más reconocible. Tuvo más balón, creó más espacios y desde la sala de máquinas hizo a los suyos jugar mejor.
