No ha vuelto el Coosur Betis a la acción de la mejor forma. El equipo verdiblanco ha estado alejado de la competición debido a la ola de contagios que azotan el mundo del deporte y que también hizo estragos en el cuadro de Luis Casimiro. La brillante victoria antes de la suspensión contra San Pablo Burgos alimentó la esperanzas de un equipo que contra un rival directo por la pernamencia como Bilbao Basket volvieron a apagar. Derrota de los béticos a manos de los hombres de Álex Mumbrú, que fueron mejores en la segunda mitad del encuentro.
Y es que la palabra indicada para describir al Coosur Betis es irregularidad. Un partido con dos partes muy diferenciadas, donde los béticos fueron capaces de lo mejor y de lo peor. Los dos primeros cuartos fueron de dominio local, que permitió a los béticos irse al descanso 10 arriba (39-29).
Parecía que el equipo, a pesar del parón, mantenía la inercia de su último partido. Pero de nuevo un fatídico tercer cuarto, donde los sevillanos encajaron un parcial de 8-25, despercidiaron la ventaja que tenían y sus opciones de victoria. Los vascos, comandados por un estelar Hakanson empezaron a abrir brecha poniendo diferencias insalvables para los locales.
Los verdiblancos buscaron una reacción que nunca llegó. El poco acierto desde la línea exterior de los de Casimiro, unido al acierto desde el triple de los visitantes, hicieron que los de Mumbrú vivieran un final de encuentro muy cómodo, consiguiendo una victoria que vale oro para el objetivo de la permanencia y asentando un tremendo varapalo al Coosur Betis, cuya salvación es una auténtica quimera.
