Baloncesto | Bochorno

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Se habla mucho del baloncesto en la ciudad de Sevilla y la inclusión de la marca Real Betis en él. Es un debate candente, no ahora, sino desde que el club de San Pablo y el de las trece barras unieron sus caminos. El Real Betis Baloncesto se ha usado como arma arrojadiza hacia la directiva cuando las cosas no iban bien. Con motivos para hacerlo, por supuesto. Sólo hay que repasar el historial de las últimas temporadas. Salvaciones in extremis, partidos indignos, palizas históricas…Todos los años, el aficionado al baloncesto espera algo diferente, pero que esta temporada no parece que vaya a serlo.

Muchos piden que lo que necesita el Real Betis Baloncesto es apoyo. Que San Pablo debe llenarse, que la afición verdiblanca y la ciudad de Sevilla deberían de estar más cerca del equipo. Pero a decir verdad, y viendo lo que han hecho los de Luis Casimiro en el pabellón Martín Carpena, es muy complicado darles apoyo. El baloncesto no engancha en Sevilla porque tiene un equipo que no enamora. Que no atrae. Que no engacha. Es simple. Ver un partido del Real Betis Basquet se convierte en una tortura, en un sufrimiento.

Sólo Shannon Evans, que cada vez entiendo menos que decidiera apostar por este proyecto, arroja un poco de luz y magia a este equipo frágil, débil y endemble. Una victoria en 6 partidos. Contra Unicaja de Málaga, una derrota sonrojante, bochornosa y humillante por 46 puntos (106-60), despiertan viejos fantasmas del pasado. Y lo peor, es que la solución a todo esto no se sabe cuál es.

Una temporada más donde no se acierta por la planificación, donde los mimbres que tiene en el entrenador parecen escasos. ¿Os suena? Es lo mismo que otros años. Así es muy difícil ilusionar y que el equipo genere una corriente que arrastre a más seguimiento.

Tras ver la debacle de los sevillanos en Málaga, a mí sólo me sale pedir ánimo a toda la afición desplazada a la Costa del Sol para acompañar a los suyos. Organizar un viaje con tanta ilusión y ganas para presenciar un derbi y que tu equipo no compita. Tiene que ser duro por muy cerca o corto que sea el desplazamiento.

Ojalá esto sea la gota que colme el vaso. La caída al pozo y que de ahí sólo se mire poco a poco hacia arriba. Y por supuesto, aquí estaremos para apoyar al Real Betis Baloncesto. Pero hoy, las líneas que escriben este artículo están llenas de desencanto y de tristeza.