Es de bien nacidos ser agradecidos. Es de cultura popular que el refranero español es sabio. Por ello, me apodero momentáneamente de esa frase para iniciar mi artículo de hoy.
Ahora que parece que el barco tiene por delante una travesía tranquila e ilusionante es cuando más hay que acordarse de cómo y gracias a quien estamos luchando por una plaza con los grandes de Europa. Porque creo que siempre es bueno saber de dónde viene uno y no olvidar lo vivido para evitar que se vuelva a repetir. Por ello quiero recordar y dedicar unas palabras a una pareja de jugadores que defendieron las trece barras con tan alta profesionalidad y complicidad que pocas veces se había visto en Heliópolis en los últimos 20 años. Una pareja que eran y fueron durante mucho tiempo la esperanza de todo el beticismo cada domingo, a los que nos agarrábamos para salir del infierno y los que nos llevaron a pasear nuestro bendito escudo por Europa hace ya casi una década.
Hablo por supuesto de la mejor pareja de delanteros que recuerdo en nuestro club, Don Jorge Molina y Don Rubén Castro Martin. Entre el de Alcoy y el canario sostuvieron el escudo de nuestro equipo durante años con 224 goles entre ambos. Una pareja letal sobre el césped delante de la portería rival. Reitero, 224 goles uno tras otro, que se dice pronto pero que son unos números estratosféricos.
Hace unos días los dos fueron noticia. Los dos atacantes, cerca de los 40 años, siguen haciendo lo que mejor saben. Así lo demostró Molina en la pasada jornada, anotando en el 4-2 contra el Alavés (su 8º gol de la temporada). También el que fuera su compañero en la delantera bética, Rubén marcó con el Cartagena su 17º gol del año, convirtiéndose en el segundo jugador que ha marcado en más partidos de LaLiga (214), sólo por detrás de Messi.
A veces me pregunto, ¿dónde estaríamos si no hubiera sido por los goles de esta pareja de chavales? La pregunta tiene difícil respuesta. Diréis algunos porque sería reescribir y reinventarse el pasado. Pero si nos fijamos en otros clubes históricos y la situación por la que están pasando actualmente quizás podríamos hacernos una idea de donde podríamos haber llegado si no llega a ser por el dúo bético. Hablo entre otros de clubes como el Racing de Santander, el Recreativo de Huelva, el Zaragoza o el Deportivo de la Coruña.
Quien en su sano juicio iba a presagiar cuando estos clubes estaban asentados en la Primera División que en un futuro no muy lejano y actual presente estarían transitando por los infiernos de las categorías secundarias de nuestro fútbol. Seguramente nadie, porque recordemos por ejemplo el caso del Deportivo de la Coruña, de ser uno de los mejores equipos de Europa a estar desahuciados en 2ºB.
Mi artículo de hoy va simplemente de agradecimiento a estas dos personas que son sus goles mantuvieron a flote al Real Betis Balompié. Con sus goles evitaron un desastre mayor del que sufrimos cuando bajamos en dos ocasiones a Segunda División recientemente. Con sus goles echaron el ancla para agarrarse a la permanencia cuando el barco parecía más que destinado a caer por el acantilado y que con sus goles consiguieron que un club que parecía destinado al desastre se mantuviera con vida mientras deambulaba por el alambre del abismo.
Jorge y Rubén, Rubén y Jorge. No sé si alguna vez llegaréis a leer estas líneas, pero por si lo hacéis GRACIAS, MUCHAS GRACIAS por todo lo que nos distéis cuando más falta nos hacía. Gracias por sostener las trece barras del escudo con vuestros goles. Por ser el rayo de luz en la oscuridad que se vivió por Heliópolis durante años. 77 veces gracias a Don Jorge Molina y 147 veces gracias a Don Rubén Castro Martin por mantener viva la llama de nuestro club. Por mantenernos con vida cuando peor estábamos para que ahora podamos volver a tener la ilusión de un niño de volver a jugar en Europa.
Creo que en esta vida nadie tiene la verdad absoluta pero me atrevo y me tiro a la piscina al decir que todo el beticismo sin excepción alguna apoyaría las palabras de agradecimiento que hoy estoy dedicándole a estos dos grandes delanteros que vistieron y defendieron con tanto trabajo la elástica verdiblanca, porque pocos jugadores le han dado tanto al Real Betis Balompié como lo habéis hecho ustedes dos.
Jorge, con permiso voy a pedirte un favor. Si conseguimos hacerte llegar este articulo por twitter o de algún otro modo, hazme el favor de que Rubén pueda leerlo, que poca gente como ustedes se merecen saber el agradecimiento que sentimos los béticos cuando os recordamos. Heliópolis siempre será vuestra casa, el Benito Villamarin siempre será vuestro estadio y la afición del Real Betis Balompié siempre será vuestra afición.
Ah, y ahora que está de moda calificar a ciertas personas de la historia del Real Betis como una de las barras del escudo, para mí sin duda alguna ustedes dos se merecen ese calificativo. Para mí sin duda Don Jorge y Don Rubén son una barra del escudo del Real Betis Balompié.
224 gracias. Y las que hagan falta. Porque es de bien nacidos ser agradecidos.
