Artículo de opinión | Estoy muy triste

Artículo de opinión | Estoy muy triste

Estoy muy triste. Y la única forma de desahogarme es escribiendo. Estoy muy lejos de ustedes, vivo en Logroño. Puede ser que no sufra tanto lo malo, pero tampoco disfruto tanto lo bueno.

Estoy muy triste. Tengo 40 años, pensaba ver pronto a “un Betis campeón” y aunque lo he visto. Tuve la suerte de estar en Madrid ese 11 de junio de 2005, pero he vivido más decepciones que ilusiones. He llorado mucho por el Betis de tristeza, y también de alegría. Pero demasiadas de tristeza.

Estoy muy triste. Y es que quizás mucha culpa la tengan béticos como yo, que me emocioné muchísimo más en otra final que tuve la suerte de vivir. Esa final de Alfonso, Finidi y Serra en el Bernabéu, contra el F.C. Barcelona. Quizás era muy joven, o quizás vi a un equipo darlo todo y a una afición incombustible y orgullosa de su equipo. Lloré, lo reconozco, pero no por la derrota sino por ver y sentir tan de cerca a la afición del club de mis amores.

Estoy muy triste. Porque quizás por eso no hacemos, los de a pie, que este club sea más exigente y un poco más grande. Porque he disfrutado más de los ascensos que de tus logros. Viví en Burgos una vuelta a donde nunca deberías abandonar. He festejado demasiados. Y he llorado en exceso por tus descensos.

Estoy muy triste. Porque en mi casa, desde pequeño me han hecho sentir lo que significa esto, que solo los locos de la cabeza lo entendemos. Y quizás el disfrutar por solo sentirte, es insuficiente para ser más exigentes y hacer que todos hagamos a este club más grande.

Estoy muy triste. Porque mi hija de 5 años ya es más bética que yo. Y aunque para mí no hay cosa más grande que vivir por ti, no quiero que mi hija sufra lo que sufro yo. Aunque ella ya sabe que es una privilegiada por ser una bética más.

Estoy muy triste. Porque nunca, hasta este este año he podido tener grabado un número de socio. Y me da rabia que una empresa con más de 50000 socios, y una masa social escalofriante no sea capaz de asentarse como un gran equipo.

Y estoy muy triste. Porque sé que no puedo vivir sin ti. Pero decepción tras decepción parece que contigo tampoco.