Imagen de Diario de Sevilla
La imagen del equipo el pasado domingo en el Wanda Metropolitano, ha frenado esa euforía en la parroquia verdiblanca. Una pequeña decepción que no ha hecho, por otro lado, que la afición verdiblanca afronte esta semana con mucha ilusión. No es para menos. El equipo ya ha puesto rumbo a Alemanía para jugarse mañana el primer puesto contra el Bayer Leverkusen, y tres días después, llega el partido más especial del año, #ElGranDerbi. Y aunque algunos se empeñen en decir que «es un partido más», la gran mayoria estaremos de acuerdo que no es así.
Una semana importante, no sólo por lo que hay en juego, sino también por el nivel de rival. Semana bonita, sí, pero también muy dura. Ya demostró el Bayer Leverkusen ser un rival con muchos recursos y tener un potencial enorme. No están atravesando un buen momento, pero en casa y con su gente, para mí son temibles. Y que decir del Sevilla, equipo rocoso y duro al que hace unos años que no le hincamos al diente.
Todos los aficionados verdiblancos soñamos y queremos ganar estos dos partidos, sea de la forma que sea. Es un deseo y un deber que tiene el equipo. Pellegrini y los suyos han demostrado que están capacitados para torear en cualquier plaza y llevan todo el 2021 dandónos argumentos para confiar en ellos. Hay que ir a por todas en estos dos partidos antes de un parón necesario para recargar pilas y recuperarse de un maratón de partidos del que el Betis de momento está sacando un sobresaliente. La matrícula de honor se la juega en estos dos partidos y esperemos que la pueda conseguir.
Pero esto es fútbol, en el deporte no siempre gana el mejor o el que mejor juega. Se puede tener un mal día, una lesión desafortunada, o que simplemente el rival sea superior a ti. Queremos ganar los dos partidos, pero hay que ser realistas que también se pueden perder. Por lo que hay en juego, porque el equipo contrario también juega y porque así es el fútbol.
Está claro que es algo que no deseamos, pero que también puede pasar. Y es ahí donde tenemos que tener cabeza. Cabeza para no entrar en dramatismos y pensar que la temporada ya está acabada. No entrar en esa espiral de autodestrucción que tanto nos gusta a los béticos cuando las cosas se tuercen un poco. Tener la calma necesaria para analizar los traspiés que surjan y no perder esa sintonía con el equipo si los resultados no llegan.
Muchos al leer estas líneas pensarán que estoy poniendo el parche antes de que salga el agujero. Para nada. Yo confío en el Betis. La intención de este artículo no es otra que intentar resaltar que independiente de como salga esta semana, hay que estar con el equipo, dejar las guerras y las dudas y seguir todas a una.
Si estando bien las cosas, en las redes sociales siempre hay indirectas y polémicas, no me quiero imaginar si el Betis pierde estos dos partidos. Por eso digo cabeza para lo que se viene. Se gane o se pierda, Pellegrini tiene un plan y siempre hay que ser fiel al chileno.
