Artículo de opinión | Sergio Canales, lo que las lesiones no consiguieron apagar

Artículo de opinión | Sergio Canales, lo que las lesiones no consiguieron apagar

Cuantas veces hemos oído en el mundo del fútbol la expresión «si no hubiera sido por las lesiones, dónde habría llegado este jugador». Una frase a la que no le falta razón. Muchas carreras se han acabado antes de tiempo por este motivo y muchos sueños se han roto cuando el cuerpo no acompaña a la cabeza. Es una realidad en el mundo futbolístico que nos enseña la cara más amarga del deporte. Aunque por suerte hay excepciones, y por fortuna para los béticos, Sergio Canales es una de ellas.

La historia personal y profesional del recien renovado centrocampista bético tiene una dimensión increíble. Superar tres lesiones de ligamento cruzado anterior, siendo éstas una de las peores lesiones que se puede tener en el mundo del fútbol, no está al alcance de todos. Sergio Canales es ejemplo de superación, de perseverancia y de seguir luchando para cumplir sus sueños. Es una lección de vida de no rendición, de superar los obstáculos y de crecer ante las adversidades. Y tanto que ha crecido.

En Santander dio sus primeras patadas a un balón y en el Racing empezó a estilar su talento y su magia por los campos de Primera División. Una irrrupción fulgurante, una puesta en escena que empezó a maravillar a aficionados, comentaristas y por supuesto a los grandes clubes. Un jugador diferente, de los que miman de la pelota, de los que hacen este deporte bonito. De los que tienen la calidad y el talento innato en sus botas y de los que hacen magia con la pelota en los pies.

Tras un paso infructuoso en el Real Madrid, en Valencia empezó a conocer la cara más oscura del fútbol. En el club ché sufrió dos de sus roturas de este ligamento que siempre causa tanto miedo al ser nombrado. Una lesión tan larga como esta supone mucho tiempo de baja, de espera, de dudas y miedos. Muchos pensaban que tras estos dos varapalos Canales no volvería a ser el mismo. Pero el cántabro se levantó, se recuperó y siguió buscanso su sitio para seguir disfrutando de lo que más le gusta.

Y por eso desembarcó en la Real Sociedad, en busca de un lugar donde demostrar que su calidad, su habilidad y su amor por la pelota no se había apagado. Pero volvió a sufrir otro golpe. Otra vez el maldito cruzado dijo basta y le obligaba a parar. ¿Qué hizo Sergio? Trabajar, trabajar y trabajar. La experiencia de las anteriores lesiones le sirvieron de aprendizaje para llevar esta tercera de otra forma. Es aquí donde se empieza a construir el Canales que vemos ahora. Disciplinado, ordenado, perseverante. Se montó un gimnasio y una clínica de fisioterapia en casa. Empezó a cuidar la alimentación, programar entrenamientos, trabajar fuerza…Se recuperó, y su luz nunca se volvería apagar.

Y esa luz llegó hace 4 temporadas a Heliopolis, encontrando su sitio. Desde la primera vez que se enfundó la elástica de las trece barras, todos nos enamoramos de Canales. Y Canales del Betis. Encontramos la representación del manquepierda, entendió al esencia del club y sin saberlo, empezó a ser el portavoz de la afición. Merecedor de llevar el bendito brazalete de capitán de este club. Esa lámpara que empezó a frotar en Santander, ha seguido sacando brillo en el Real Betis. Goles, asistencias, regates, muestras de esfuerzo, sacrificio y entrega. Eso es lo que ha ido conquistando poco a poco a todo el beticismo.

Creo que no es exagerado decir que las lesiones le han hecho mejor jugador. Superar las lesiones le han hecho disfrutar más de lo que ama. Y me atrevería a decir que a día de hoy es más y mejor futbolista que aquel que empezó en el Racing de Santander. Que su luz, no se ha apagado, sino que brilla más fuerza. Y por suerte, ilumina al Betis. Su renovación no es más que otra muestra de amor. Su millonaria cláusula no es más que la constatación que Sevilla y el Betis es su sitio. Que nos queda 10 para rato. Un 10 en su espalda que llevó una leyenda como Cardeñosa y que no puede tener mejor herededo.

A Canales hay que darle las gracias. Las gracias por confiar y aceptar venir al club de nuestros amores. Por todo lo que nos ha dado. Y lo que nos dará. Pero gracias también por la lección que nos ha dado. Una lección de vida de superar los revés en el camino y salir mejor de ellos. Hay Canales para rato.