No están siendo buenos momentos para la talentosa centrocampista del Real Betis Féminas. Aunque sólo tiene 22 años, Rosa es una «veterana» en el conjunto verdiblanco, que acumula ya 7 temporadas defendiendo la camiseta de las trece barras. Su pogresión meteórica le hizo convertirse en pieza clave con María Pry, estatus que mantuvo con el resto de entrenadores que han ido pasando por el club. Una habitual en la categorias inferiores de la selección española, proclamándose campeona de Europa Sub-19 en Suiza en el año 2018. En Julio de 2021 le llegó el premio de la llamada de Jorge Vilda, debutando con la absoluta en la victoria de España por 3-0 contra Dinamarca.
Rosa es una futbolista con mucha calidad, de regate, que pone la magia y la alegría al juego de su equipo. Siempre con una sonrisa en su boca, es una jugadora que disfruta del fútbol. Aunque en los últimos tiempos, esa felicidad que siempre mostraba su rostro se ha torcido.
El calvario de las lesiones
Cuando su carrera marchaba sobre ruedas, las lesiones se cruzaron en el camino de Rosa. A comienzos de la temporada 21-22, en un partido frente al FC Barcelona, sufría una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Tras varios meses parada y, en plena recuperación de su rodilla, la joven jugadora se volvía a lesionar. En una sesión de gimnasio, una barra caía sobre su espalda provocando una fractura en varias de sus vértebras, haciendo todavía más lenta su reaparición.
Después de meses de trabajo duro, pudo comenzar la preparación de la temporada y comenzó la campaña al mismo ritmo que sus compañeras. Pese a no anotar ningún gol en los primeros encuentros, Rosa parecía volver a su nivel de antes de las lesiones encadenando, por fin, varios partidos consecutivos. Pero de nuevo, la mala suerte hizo acto de presencia. En la jornada 7, en el duelo contra el Alhama, recibió un pelotazo en su brazo, lo que le provocó una fractura en el tercio distal del radio derecho, perdiéndose varias jornadas por culpa de dicha lesión.
Hasta 8 partidos se perdió Rosa Márquez por este contratiempo. Pero, por si esto no fuera suficiente, el día que reaparecía contra el Sporting de Huelva, otra lesión. En esta ocasión, la bética sufriría una fractura del III metatarsiano de su pie izquierdo tras un choque con una jugadora rival. Otro mazazo. Otra vez a parar.
Muchos varapalos en tan poco tiempo que suponen demasiado castigo. Un especie de mal de ojo que nos está privando de una futbolista con un talento mayúsculo. De nuevo, toca afrontar muchas horas de trabajo, donde la cabeza da miles de vueltas y el tiempo para volver corre muy lento. Pero llegará el momento donde la luz vuelva a aparecer. Y ahí tu sonrisa y tu fútbol volverá mejor que antes. Te esperamos Rosa.
